sábado, 27 de diciembre de 2008

El placer de dos galimbas...

...unido a la lluvia de la noche. Que se junten estos dos factores es la clave para el fin de la humanidad. Las dos galimbas se encargarán de aportar un estado de embriaguez tal, que hará que te sientas el George Bush de Bilbao, pero sin dinero para tanques, ni metralletas, ni nada parecido, pero el hecho de que este lloviendo te habrá obligado a sacar un paraguas, sobre todo si eres mujer, y no quieres que se te vea afectada la permanente, y muy, posiblemente sea de cachaba el paraguas.
Pues ya está, ya tienes las dos herramientas básicas para sentirte el rey del mundo, armas y la cabeza y poco chalada, ahora sólo falta darle uso a esas armas, así que a cada persona que pasa vas simulando que la vas disparando a modo de escopeta, y según lo rápido que te hayan subido esas dos galimbas a la cabeza, hará que te metas más o menos en el papel, es decir, que dispares sin salsa y sin gracia, o que dispares sufriendo el retroceso de la escopeta y cargándola continuamente, y por si aún así, la víctima no se da cuenta que ha sido disparada por ti, ya te encargarás tú de decirle "estás muerto, estás muerto".
Y claro, como sientes que te estás pasando las leyes todas por alto, la Policía será tu enemigo, así que no tendrás más remedio que quejarte de ellos y clasificarlos como "un elemento de control social", que aunque parezca que no, debido al efecto que han tenido las galimbas en tu "tocada" cabeza, tiene un mérito especial.

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