viernes, 6 de febrero de 2009

Para haberlo matado

Esto es una historia un tanto extraña, es más, muy rara diría yo, pero real como al vida misma. Resulta que ayer Jueves, en uno de esos paseos ya habituales por la Villa de Balmaseda, a punto estuvo de ocurrir una desgracia.
Una persona caminando tranquilamente por la acera, acercándose peligrosamente a la esquina de una casa, que no sabía lo que se podía encontrar al doblar la esquina. Y cuando más cerca se encontraba de esa esquina sorpresa, aparece un ecuatoriano (ecuatoriano por ponerle nacionalidad al muchacho, ya que tenías rasgos sudamericanos) con una bicicleta. Momento de tensión que bloquea a nuestro protagonista de la historia, y el ecuatoriano acierta a girar el manillar de su bicicleta y esquivar al protagonista, pero cuando todo parecía haber terminado sorpresa. El ecuatoriano sin saber muy bien el porqué, pierde totalmente el control de su bicicleta, presumiblemente por la falta de frenos en la misma, y acaba estrellándose contra un macetero de estos que suele haber en las grandes ciudades.
Fue un golpe que no tuvo graves consecuencias, ni para la bicicleta ni para el ecuatoriano, pero fue suficiente, para que el protagonista de la historia se asustará tanto, y tendría que pedir perdón al ecuatoriano por aparecer dónde no debía, cuando no debía.

4 comentarios:

Iker dijo...

suerte que todo termino bien

Iñaki dijo...

Suerte que sí, porque tal y como están ahora las cosas del racismo y tal, a nuestro protagonista le podrían haber acusado de homicidio imprudente.

Anónimo dijo...

hombre homiidio imprudente no pero la acera no es para anadar en bicicleta

Iñaki dijo...

Creo, que no me has entendido nada, la próxima vez intentaré explicarme mejor.