La Historia del pivote

Hola soy el pivote, el pivote ese que no sabe muy bien cual es su función pero ahí está puesto, sobre la acera, o sobre la carretera, dispuesto a complicar la vida a conductores y viandantes.
Generalmente, me sitúo sobre las aceras, para evitar que los coches suban sobre ellas para estacionar, pero lo que más me gusta es cuando me ponen sobre la carretera alrededor de los contenedores, para que los conductores no imbadan el terreno destinado a éstos. Y si me gusta, sentir que aparcar cerca de mí, sentir la presencia del coche, y a pesar de que el conductor reciba la instrucción, siempre acaba acariciándome, y es un placer, porque soy pivote y también necesito cariño.
Pero últimamente, voy abandonando la calzada para situarme sobre aceras, preferentemente, en zonas, en las que hay pasos de cebras, ya que la altura de la acera se ve rebajada, para que las personas que van en silla de ruedas no tengan dificultad para bajar el escalón, pero claro, esta situación la aprovechan muchos conductores para meter ahí su coche, ya que el bordillo tiene una altura menor a superar, y entonces es cuando surge mi figura, para que el conductor de turno no se pase de listo.

Aunque, en las aceras suelo destacar más por otras cosas. Y si no recuerden, recuerden, cuantas veces ha estado usted paseando sobre una acera con multitud de gente, debido a una manifestación o una noche de fiestas, y tiene a la persona de adelante tan cerca que le impide ver mi presencia, y usted siente mi presencia por un pequeño golpe (en el mejor de los casos) en la rodilla, espinilla o otra parte del cuerpo. Es cuando su rabia se hace grito, y se caga en todo lo que se menea, es cuando yo me río, y espero a la mañana siguiente para recibir los 10€ de prima del ayuntamiento.
Así, que ya creo que voy encontrando mi función en las ciudades, joder al conductor y joder al viandante.